El término párroco, de la misma raíz etimológica que parroquia, significa en la Biblia "extranjero residente" o inmigrante, que goza de un estatuto jurídico asimilado a los judíos. Se aplicó este nombre al presbítero responsable de la parroquia, creada como división de la diócesis.
Según el nuevo código, "párroco es el pastor propio de la parroquia de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del obispo diocesano, en cuyo ministerio de Cristo ha sido llamado a participar, para que en esa misma comunidad cumpla las funciones de enseñar, santificar y regir, con la cooperación también de otros presbíteros o diáconos, y con la ayuda de los fieles laicos".