El título de Papa es el que utiliza el pueblo cristiano para designar al obispo de Roma en cuanto primado de la iglesia católica. También es frecuente el de vicario de Cristo. Ambos títulos son relativamente novedosos como designación papal, ya que no se utilizaban durante el primer milenio y se aplicaban a obispos, sacerdotes y abades. Luego, en el segundo milenio, se imponen como títulos propios del papa en el contexto de una eclesiología más jurídica y de la separación con las iglesias orientales. En la tradición más antigua de la iglesia, que perdura durante el primer milenio, el título propio del papa es el vicario o sucesor de san Pedro, que es el que mejor refleja la significación y raíces bíblicas del primado del Papa.