Se llaman libros litúrgicos los que se usan en el transcurso de una celebración litúrgica y que contienen los textos y las rúbricas necesarios para el recto desarrollo de la misma. En los primeros tiempos del cristianismo, el único libro litúrgico era la Biblia, de la que se leían directamente los fragmentos proclamados en las diversas reuniones culturales. Poco a poco se fueron escribiendo algunos libros con indicaciones sobre el desarrollo de los ritos, siendo el más influyente de todos ellos la Tradición apostólica.