El bautismo es el primer sacramento de la iniciación cristiana, que consiste esencialmente en un rito de inmersión o ablución con agua, acompañado por unas palabras que, de un modo u otro, constituyen una profesión de fe en el Dios trinitario revelado por Jesucristo. Por el bautismo, se expresa y realiza el renacimiento espiritual a la vida de hijos de Dios y la incorporación a la iglesia como comunidad de creyentes. El rito bautismal cristiano está emparentado con las diversas y numerosas abluciones practicadas en todas las religiones como signo de purificación interior, y sobre todo lo está con los usos rituales judíos del agua, que tenían diversas significaciones: purificación legal, acción introductoria de un prosélito gentil al pueblo de Israel, penitencia. Pero el gran precedente del bautismo cristiano es el de Juan Bautista, al que el mismo Jesús se sometió.