El cambio sufrido por la sociedad europea a finales de la Edad Media, la ignorancia religiosa de la inmensa mayoría de los cristianos y los problemas planteados por la Reforma Protestante, obligan a la Iglesia católica a replantearse su actuación en el campo de la educación de la fe.
En estos momentos y como fruto de esa situación hay que situar el nacimiento del catecismo como libro que asegure el aprendizaje de las "verdades que debemos creer, los mandamientos que debemos cumplir y los medios que debemos emplear, los sacramentos, para salvarnos". Estos catecismos son "compendios breves y concisos de la doctrina cristiana, redactados para los simples fieles y para la juventud". Catecismo como institución, lugar donde las personas ignorantes y sencillas (sobre todo niños) son instruidas de forma sistemática en los "rudimentos de la fe y en la obediencia que deben a sus padres".
El catecismo, texto e institución, será una de las principales armas del catolicismo para la apremiante renovación eclesial emprendida por el concilio de Trento. Al sentirse la cristiandad católica amenazada en su fe, todos los esfuerzos serán pocos para defender la pureza doctrinal y la ortodoxia más estricta. Una catequesis sistemática y doctrinal necesita un texto donde se encuentren los "saberes necesarios para conseguir la salvación", y un texto necesita un ámbito que asegure unas estructuras y unos métodos para su transmisión.