Ecumenismo

El ecumenismo designa los esfuerzos de las iglesias cristianas por restaurar la unidad perdida, tanto en el nivel doctrinal como en la praxis eclesial. En cuanto a movimiento, surge en el siglo XX a partir de las iglesias y confesiones protestantes que en 1938 forman el Consejo Ecuménico de las iglesias. En 1948 se tiene la primera asamblea del Consejo con la asistencia de 150 iglesias y confesiones cristianas y la notable ausencia de las iglesias ortodoxa y católica. Los católicos tenían muy limitada la participación en el movimiento ecuménico por una comprensión negativa del ecumenismo. Había el peligro de un reconocimiento explícito o implícito del carácter eclesial de las otras confesiones. Se mantenía la tesis de que la iglesia católica era la única iglesia verdadera y que fuera de ella no había la iglesia de Cristo, sino, a lo más, fragmentos eclesiales. Por tanto, se exigía el retorno de los herejes a la única iglesia (la Católica) y se desconfiaba de los teólogos católicos más ecumenistas, en su mayoría franceses y alemanes.

Una nueva época comienza con Juan XXIII y la creación de un Secretariado para la Unión de los Cristianos (1960), así como del decreto de ecumenismo del Vaticano II y el reconocimiento de las iglesias orientales como auténticas y el de las confesiones protestantes como "comunidades eclesiales". Además el Concilio modifica la equiparación entre iglesia de Cristo y la Católica y prefiere hablar de que la primera "subsiste" en la segunda, con lo que se deja un margen a los diversos grados de eclesialidad de las confesiones cristianas, y por tanto a una pluralidad de vínculos de comunión entre ellas. El reconocimiento de auténticos sacramentos y ministerios fuera de la iglesia católica permite un replanteamiento del ecumenismo.

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