El término aggiornamento fue utilizado por Juan XXIII para determinar el "carácter fundamentalmente pastoral" del Vaticano II. No significa una mera adaptación, sino la penetración profunda del evangelio en la historia y de la realidad social en la iglesia. Pablo VI, en la sesión pública celebrada para promulgar la constitución sobre la revelación y el decreto sobre el apostolado seglar (18.11.1965), precisó que aggiornamento equivale a la "sabia penetración del espíritu del Concilio" y a la "adaptación fiel de sus normas". Con todo, aggiornamento significó, al comienzo del Concilio, y durante su desarrollo, abrir las ventanas de la iglesia al mundo para reconciliarse con él y servirle, o traducir el mensaje cristiano a la cultura de esta época.
La palabra aggiornamento se traduce en los textos conciliares con los términos latinos accommodatio (acomodación), adaptio (adaptación), renovatio (renovación) o reformatio (reforma). Nunca se traduce por restauratio (restauración). Esto quiere decir que el Concilio no fue una vuelta hacia atrás. Aggiornamento es, pues, reforma e innovación mediante el seguimiento de Cristo.