Por acción pastoral entendemos la totalidad de la acción de la iglesia y de los cristianos, a partir de la praxis de Jesús, de cara a la implantación del Reino de Dios en la sociedad.
El primer rasgo de la acción pastoral es el de ser acción, no mera práctica. De una parte, es acción ad intra de cara a la edificación de la comunidad cristiana como ekklesia; de otra, es acción ad extra con relación a la praxis de liberación de la sociedad, cuyo sujeto colectivo es el grupo humano a secas. No se trata de interpretar la sociedad, sino de transformar el mundo en reino de Dios.
En segundo lugar, la acción pastoral es actualización de la praxis de Jesús, praxis de la solidaridad con los pobres, de cara a la justicia del reino de Dios y de obediencia al Dios del reino. La práctica mesiánica de Jesús entraña la proclamación del kerigma en el acto de evangelización del pueblo, y el desarrollo de la didajé en la catequesis con sus discípulos; el servicio o ministerio de la diakonia de cara a la liberación y libertad de pobres y oprimidos para edificar la nueva humanidad de los hijos de Dios; una koinonia de los discípulos, en comunión con la palabra apostólica, el afecto fraternal, los bienes y la eucaristía; y por último, la celebración de la liturgia como banquete, anticipo del banquete del reino.