Apologética

El término apologética proviene de la palabra griega apología, que significa respuesta, justificación, rendir cuenta de algo. Al pasar al lenguaje neotestamentario, vino a significar dar razón de la fe, mostrar la legitimidad y coherencia de la fe cristiana. Las dos características fundamentales de la apología en el contexto neotestamentario son: a) la necesidad de justificar prácticamente la esperanza; de ahí su afinidad con el seguimiento; b) el horizonte escatológico-apocalíptico en que aparece. Se trata, entonces, de un concepto de la razón práctica, pues la defensa o justificación de la fe no tiene lugar en el terreno puramente teórico o intelectual sino en el de la praxis y del testimonio. Este fue el sentido que prevaleció en los llamados Padres Apologetas, por ejemplo en san Justino, quien escribió apologías del cristianismo, destinados a dar razón de la fe ante los paganos ilustrados de su tiempo y las selló con el martirio.

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