Piedad

La piedad lleva instintivamente a pensar en el limitado campo de lo religioso, de lo que dice relación con Dios. Los hombres y el mundo quedarían al margen de la piedad del hombre. Y si esto fuera así, sería muy difícil que pudiera encontrar en nuestro mundo una audiencia normal. Por otra parte, la piedad sugiere enseguida los actos de piedad, un campo en el que el cristianismo se ha quedado exageradamente atrasado en sus fórmulas, gestos y referencias. No pocos actos de piedad causan irrisión o conmiseración. Podemos decir que causan "piedad".

La piedad, como cualquier otra actitud humana, tiene que encarnarse en realizaciones humanas. De lo contrario, estaremos siempre en puro idealismo. Pero estas encarnaciones no pueden estar al margen de cualquier nueva consideración que se haga de la piedad.

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