Profetismo

Todas las religiones del antiguo oriente atestiguan la presencia de unos predicadores de oficio, los cuales se suponen hablar en nombre de la divinidad. Tal es la misión de los profetas, que la tradición bíblica presenta como portavoces de Yahvé para transmitir sus designios al pueblo.

Los profetas eran carismáticos empedernidos que, aun sin despreciar el culto oficial tan mimado por los sacerdotes, clamaban sin tregua por una mayor fidelidad a los compromisos adquiridos con Yahvé, el cual reprobaba obviamente cuantos brotes de injusticia u opresión pudieran desorientar al pueblo.

Los profetas tuvieron el valor de afrontar sin remilgos las situaciones más conflictivas. Ello les granjeó el odio de los poderosos que a veces atentaron con éxito contra sus vidas. Sin embargo, la obra profética dio frutos sazonados, hasta el punto de que sin ella el pueblo no habría podido ser fiel a su compromiso religioso.

» Glosario