En todas las religiones, el sacrificio es el rito más importante y consiste en una acción simbólica en virtud de la cual los hombres reconocen la soberanía de la divinidad sobre todas las cosas. En muchas, el sacrificio llega a una gran complejidad ritual; por un lado, adquieren relieve los ritos de destrucción de una víctima como señal de renuncia y, por el otro, los ritos se interpretan como acciones eficaces para que el don pase de la esfera profana a la sagrada.