El término sagrado expresa un rasgo decisivo para comprensión de lo religioso (aunque por sí solo no baste). Se concibe como el polo contrapuesto a lo profano (pro-fanum: espacio delante de, y fuera del templo). Por tanto, remite a una definición previa de lo profano.
En una primera aproximación, lo profano puede concebirse como lo normal, lo cotidiano, lo disponible por el hombre. En consecuencia, lo sacro:
1. En una acepción amplia, manifestaría lo no-cotidiano, lo extraordinario, lo no-disponible por el hombre; ante lo cual experimentaría un sentimiento complejo de fascinación (el hombre es atraído) y temor (la atracción conlleva un respeto reverencial por lo que se manifiesta como "otro).
2. En una acepción estricta, lo sagrado religioso aparece como una manifestación de "lo totalmente otro" (lo divino). Se produce así la "hierofanía": lo divino se deja traslucir a través de las cosas.