La semana santa, denominada antiguamente semana mayor o semana grande, es la semana que conmemora la pasión de Cristo. Se compone de dos partes: el final de la cuaresma (del domingo de ramos al miércoles santo) y el triduo pascual (jueves, viernes y sábado-domingo). Es el tiempo de más intensidad litúrgica de todo el año. Ha calado hondamente en el catolicismo popular, sobre todo a través de las procesiones.
En la semana santa se pueden descubrir cuatro estratos correspondientes a diferentes épocas:
1) La celebración sacramental de la noche pascual por medio del bautismo, confirmación y eucaristía. El triduo pascual nació en torno a la celebración de esta noche. Es la denominada capa mistérica.
2) Las representaciones de los hechos históricos, como puede observarse en la procesión de ramos, lavatorio de pies y adoración de la cruz el viernes santo. Es la capa psicológica.
3) El desarrollo de las funciones preparatorias que llegan a constituirse en celebraciones que ensombrecen las acciones hacia las cuales se ordenan, como la bendición de los ramos, el monumento del jueves o la consagración de los óleos. Son los ritos preparatorios.
4) La superposición de actos piadosos correspondientes al catolicismo popular, como visitan al monumento, hora santa, vía crucis populares, procesiones espectaculares, representaciones teatrales, actos de hermandades. Es la capa de religiosidad popular.