La expresión signos de los tiempos fue utilizada oficialmente por primera vez en la bula de Juan XXIII, Humanae salutis, que convocaba el concilio. De un modo manifiesto se señalan ahí cuatro signos de los tiempos contemporáneos: la socialización, la emancipación de las clases trabajadoras, el ingreso de la mujer en la vida pública y la libertad de los pueblos oprimidos.
En resumen, signos de los tiempos son los acontecimientos históricos suficientemente densos, universales y repetidos, captados por la conciencia de los hombres, con el significado especial de revelar la dirección hacia la cual se orienta conscientemente la humanidad, de acuerdo a sus necesidades y aspiraciones