Natividad, acortación de Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, es por antonomasia la conmemoración del nacimiento de Jesús en Belén de Judá. Es celebrada por la Iglesia Católica en la noche del 24 al 25 de diciembre. En Occidente empezó a conmemorarse a mediados del siglo IV; la primera vez que se celebró en Constantinopla fue en el año 379. El acontecimiento está narrado en el Nuevo Testamento por dos evangelistas: Lucas, que escribe una historia completa porque al parecer obtuvo la información directamente de María cuyo relato comienza diciendo:
Por aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, mandando empadronar a todo el mundo. Este fue el primer empadronamiento hecho por Cirino, que después fue gobernador de la Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a la ciudad de su estirpe. José, pues, como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Betlehem, en Judea
Evangelio según san Lucas (2,1-20)
La narración continúa con toda serie de detalles, el recién nacido es colocado en un pesebre, los pastores que cuidaban sus rebaños por los alrededores reciben la visita de un ángel que les anuncia el nacimiento del Niño que será el salvador y a continuación van todos juntos a adorarle para después proclamar la noticia por todas partes. El buey y la mula no forman parte del decorado descrito por Lucas sino que la tradición los incorporó más tarde, a partir de los Evangelios apócrifos. Mateo por el contrario hace una somera mención (Mt 2,1) para pasar en seguida a referir la visita de Magos procedentes de Oriente.